Mindfulness y vino en Pago de Tharsys

Mindfulness: es un antiguo sinónimo en inglés de “attention”. En la década de 1970, Jon Kabat-Zinn eligió este término para nombrar la meditación en su programa, con el objetivo de salvar las reticencias existentes en ese tiempo hacia la mística oriental, dándole el significado actual: “conciencia que surge al prestar atención, con el propósito enfocado en el momento presente, y sin juzgar”.

¿Por qué Mindfulness y vino?

Cuando empezamos a diseñar la actividad pensamos en el comienzo del año y en los propósitos, que año tras año, nos hacemos todos en estas fechas. Con distintas variantes, se podrían concretar en: ser más feliz, comer mejor, acercarnos  a la naturaleza y hacer ejercicio.

Nuestra experiencia personal nos ha llevado a creer qué  la conciencia plena es el camino que nos lleva a conseguir nuestros retos y objetivos. Y una forma probada de desarrollar esta conciencia es a través de la práctica del Mindfulness.

¿Y el Vino qué pinta aquí? A parte de ser nuestra forma de vida y nuestra pasión, la cata de vinos es un acto de conciencia no alejado de los principios de Mindfulness.

¿Original, novedoso? Pues aunque lo parezca, no lo es tanto ya que en 2016 I.M. Maciel publicó un libro titulado: “El Zen y el arte de degustar vinos: Un manual para degustar la vida”. Este libro nos ha inspirado y hemos extraído un valioso aprendizaje para entrenar nuestra conciencia al mismo tiempo que disfrutamos de lo que más nos gusta. 😉

Os resumimos los 7 preceptos según Maciel para disfrutar de la maravillosa experiencia de degustar un vino; pero también de las pequeñas cosas que usualmente pasamos por alto y que encierran en su interior el secreto de la verdadera felicidad.

El Zen y el Arte de Degustar Vinos

Pensamos diariamente en el futuro, lamentamos o nos alegramos de nuestro pasado, mientras el aquí y el ahora se escurre entre nuestros dedos”.

Sin embargo, cambiar ese “no atender a nuestro presente”, no requiere más que proponérselo ¿Y por qué no empezar ahora mismo? Disfrutando conscientemente aunque no sea más que una copa de vino.

¿Existe mejor maridaje para la degustación de un vino que los principios de la meditación?

La contraindicación puede verse en  que a través de la meditación buscamos una forma de equilibrio, lejana a la embriaguez de la mente. Pero la degustación del vino está lejos de ser una veneración de la embriaguez. De hecho muchas veces ni siquiera el vino se traga.

La meditación como la cata de vinos son experiencias personales, nadie las puede hacer por nosotros.

Pasos de la cata consciente de vinos:

1.- Posición/ actitud

La respiración es el camino y una postura recta es fundamental para complementarla.

La respiración nos trae calma y todo debe estar enmarcado en una correcta postura, recta la columna y los hombros relajados sin tensión.

2.- Ambiente

Nuestra mente es poderosa pero debemos guiar su camino rodeándonos de las cosas que exaltan nuestras intenciones, debemos generar el ambiente propicio temperatura, iluminación sonidos, aromas exteriores.

Hay que apreciar todo lo que ha sucedido para que llegue este vino a tus manos, desde la plantación del viñedo y los años de espera hasta que produce uvas, pasando por la vendimia, la elaboración con sus distintas variantes, su embotellado e incluso su guarda hasta el momento que llega a nuestras manos para ser degustado.

Hacer un buen vino conlleva sabiduría, dedicación paciente y búsqueda de la perfección y el conocimiento debe llevarnos a un sentimiento: el respeto.

3.-El respeto

Descorchar y servir una botella no debe ser un mero acto carente de nuestra atención, sino una ceremonia que refleje nuestro respeto.

4.- El arte

El arte de servir es el arte de compartir, el arte al degustar es una veneración hacia nosotros mismos, al maravillarnos con la experiencia que nos regalan nuestros sentidos.

La atención en la apertura de la botella y en el servicio debe ser alegre pero despierta a los detalles, como la textura, la temperatura, los colores, los primeros aromas que surjan, el sonido.

Se cierra los ojos y se acerca suavemente la copa quieta y sentimos como el aroma nos inunda.

Abrimos los ojos para apreciar la tonalidad y los matices.

Los volvemos a cerrar agitamos la copa  y volvemos a deleitarnos con las distintas notas aromáticas.

5.- El descifrado

Del exterior proviene sólo los estímulos, nuestra mente es la que inventa el mundo. El aroma es capaz de traernos recuerdos olvidados.

¿Qué nos recuerda? ¿Qué nos evocan?

Descifrar los secretos de una copa nos propone el juego de abandonarnos a nuestros recuerdos y experiencias previas.

Llevemos el vino a boca, primero una pequeña cantidad que mojará labios y boca. Luego en una segunda degustación, sostendré el vino en boca sin tragarlo y recorreré cada rincón del nuestra boca con él. Un paréntesis vital donde me dejaré invadir. Posteriormente el vino deberá acariciar la parte final de mi lengua mientras abro suavemente los labios para dejar entrar una bocanada de aire y por último trago y notaré los aromas del retrogusto.

6.- El disfrute

Disfrutar es tomar un poco de tiempo para regalarlos a nosotros mismos. Para sentir con plena consciencia lo simple. El respirar, el tocar, el servir, el oler, el probar.

El disfrute nos lleva a …

7.- La gratitud

La gratitud  a lo que se nos ofrece y a lo que somos.

Sin gratitud, seguramente, los detalles mágicos de la vida y las buenas compañías, simplemente, nos pasarán desapercibidas.

«Volvamos a lo más simple: a respirar, a sentir, a beber”.

Esperamos que este post os resulte igual de inspirador que para nosotros! Disfrutad de cada pequeño sorbo queridos #winelovers!

Si deseáis asistir a experiencias similares a esta en las que combinamos diferentes disciplinas de cultura, arte, tradición, … con el placer del vino podéis seguirnos en Facebook e Instagram o escribirnos a bodega@pagodetharsys.com solicitando información sobre las actividades próximas.

© Escrito por Ana Suria. Gerente y Copropietaria de Pago de Tharsys.

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