¿No tenéis la impresión de que, climáticamente, este 2018 es un año como antes, como siempre han sido en nuestra región? Así lo hemos vivido en Pago de Tharsys .
Un enero y febrero fríos y secos. Una primavera lluviosa y sin los calores de otros años, que nos ha permitido sacar la ropa de entretiempo. ¡Cuántos años sin usarla, la palabra y la ropa !
El verano no nos ha desgastado con demasiados días de poniente, como ocurría en años anteriores y nos ha sorprendido con las antes habituales tormentas de verano, que son temibles por la posibilidad de que traigan pedrisco. En años anteriores pasábamos todo el verano sin que cayera ni una sola gota, ni de casualidad, ni de tormenta.
La segunda quincena de agosto “con rocíos y frío en el rostro”, como anuncia el refrán.
Y en octubre gota fría. ¿De qué nos extrañamos? Lo de siempre, lo de antes.
Cultivo en ecológico en Pago de Tharsys
En el cultivo del viñedo hemos hecho también lo que se hacía antes, es decir, por una parte cuidar los rendimientos, no hacer grandes producciones. Por otra, una correcta poda en verde, actividad que en el viñedo ecológico de Pago de Tharsys realizamos a partir de la primera semana de mayo para evitar las heladas, que desgraciadamente, cada vez es menos practicada por muchos agricultores.
Con esta práctica se eliminan uvas sobrantes y se ordena la vegetación. Se trata de una técnica muy necesaria cuando hay un año como este, en que la humedad del terreno ha favorecido una gran vegetación, para conseguir uvas sueltas y aireadas.
Sí hemos hecho lo de antes, lo de siempre. Habremos obtenido unas uvas de gran calidad que nos van a dar vinos más profundos y estructurados, vinos que marcarán una década y que pronto podremos empezar a probar y por suerte, podremos degustar y disfrutar a lo largo de muchos años.
¡¡ Atentos a la cosecha 2018 de Pago de Tharsys winelovers!!
© Ana Suria, enóloga y gerente de Pago de Tharsys.